Pues nada es un pastel un poco que nos recuerda a la comida imaginaria de los niños perdidos de la película "Hook".
La base es un bizcocho normal de vainilla con raspadura de limón. Lo importante aquí es que ocurre cuando la masa ya está preparada para pasarla al molde.
Pues bien, la separamos en tantos cuencos como colores queramos utilizar.
Después a cada porción de masa le añadimos una gotita de colorante en gel y lo mezclamos.
Una ves que tenemos todos los colores listos rellenamos el molde del bizcocho (previamente engrasado) nosotras decidimos llenarlo mezclando cucharadas de varios colores, así no quedaba homogéneo y cada porción de bizcocho seria diferente.
Después de sacarlo del horno y decorarlo, esté fue el resultado.
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